viernes, 29 de julio de 2011

Mundo Crónico: El último de la fila está contento.

El plan B. Conseguir a alguien que me ayudara con el descuento para la entrada del concierto de los RHCP; grupo al que espero desde antes de mi mayoría de edad; y justamente también hace ya más de 18 años.
Quien me podía ayudar con el trámite, estaba mucho más cerca de lo que pensaba: una amiga, cercana también por estar en mi números de marcado rápido del celular. Ella tenía la forma de conseguirme el descuento y no se me había ocurrido preguntarle.

Quedaban sólo tres dias para que acabe el plazo de este descuento, y quería comprarla de una vez. Así que a darle (la plata y) el encuentro a mi amiga que se encontraba .. a más de una hora .. de donde yo estaba.
Momento de evaluar la situación? 18 años de espera vs. 1 hora de trayecto: una decisión sumamente fácil.

Sin pensarlo tampoco, me duché, cambié y ya estaba en camino.

Mientras manejo pienso en cómo sentimos a veces esa "mala suerte"; nos "toca" luz roja tras luz roja; y también en generalizaciones más graciosas como "siempre el carril en donde estoy avanza más lento". En cómo ese cerebro tan caprichoso para querer formar patrones extravía hojas llenas de datos estadísticos que mostrarían lo aleatorio del mecánico tránsito. Nos olvidamos de todas las luces verdes que nos tocan, y de todas las veces que avanzamos rápido. Estaba de buen ánimo; y lo verde y rojo de los semáforos solo me evocaba a la Navidad.

Escuchando música también pasó muy bien el tiempo que transito por las calles (ya sea en ruedas, zapatillas o zapatos) y en contraste a muchos; no me disgusta mucho hacer fila; ni tampoco me exasperan los embotellamientos. Si se sale tarde, se puede llegar tarde; es simple. Solución: no salir tarde. Cuando estoy estancado en el tránsito; saco un libro, algun folleto informativo, escucho música (y si me la sé, canto mal) o hasta aprovecho para llamar a alguien, conversar o mensajear. Todavía no me da lo del tweet-tweet.

Por lo tanto; el buen humor, y la distracción; acortaron mucho las casi 7 decenas de minutos que tuve que circular para llegar al centro comercial donde estaba mi amiga.

Siendo una amiga que conoce muchos tomos de mi vida y habiéndola dejado de ver por mucho tiempo; hizo que el encuentro fuera muy agradable. Sin embargo, en su itinerario mi aparición también era un Plan B. Si bien no un plan alterno; fui una adición no planeada. Ella estaba esperando originalemente a una amiga (una amiga un poco tardona, que llego luego que yo, pero llegó) Me sugirió que viéramos lo de comprar la entrada de una vez. La gran confianza que le tengo a mi amiga, y la practicidad que profesamos hizo que apresuradamente fueramos a donde vendían las entradas para los espectáculos.

Una sorpresa más: había una fila de cerca de 40 personas. Y mi amiga, tenía que darle el encuentro a su amiga.
Lo sensato; me debía quedar haciendo fila. Haciendo cola. Y ahora si literalmente, era la cola. La cola de la fila; el último. El señor penúltimo me preguntó si estaba haciendo cola para el Circo Chino. Le contesté con una negativa (cortés) y me voltié a ver a mi amiga .. sin advertir que este señor quería entablar un dialogo un poco más extenso y de naturaleza cívica.

"También quería decirle que sólo atenderán a quienes tengan un ticket como este. No querían sobrecargar el módulo de venta" - intervino el penúltimo señor. E inmediatamente, sin darme tiempo a imaginar un Plan C, y dejarle la plata a mi amiga; las circunstancias volvieron a darme muestra de que el optimismo paga (si uno quiere pensarlo así) "Tome"  - y me alcanzó un ticket extra. "Ya con eso,  lo atenderán". Se lo agradecí con una gran sonrisa y el dia siguió siendo bueno.

Habiendo sucedido esto, y habiendo desaparecido mi amiga para cumplir con su compromiso antes pactado; empecé a escuchar la voz mental y narrativa tan púlida que nos carácteriza a los introvertidos. Y eso me dió la idea de posteriormente escribir algo a manera de crónica. Esto.

Pienso que cualquier dia, de cualquier persona, puede ser interesante.. de ser bien narrado y tener buenas observaciones. Algo a lo que apunto. No se si certera o insulsamente; pero si con motivación, y ya algo de práctica.

Me gusta mucho observar; no es novedad para quienes me conocen. Pienso también haber elegido la carrera correcta para este espíritu contemplativo. Por otro lado, me gusta ver pasar a la gente, imaginarme sus vidas, observar algo de ellos en mí y viceversa. Hay tantas respuestas para tantas preguntas que podríamos respondernos con tan sólo observar bien.

Veo pasar a un chico con dos mochilas algo llenas; y me quedo pensando sí lo hará de buen ánimo .. Amplió mi campo visual hacia unos metros más adelante, y veo que estaba siguiendo a una chica; y que además le estaba conversando, caminado detrás de ella con una sonrisa. Yo de lejos, sonreí. Quizá enamorados.

Por las fechas patrias ha salido mucha gente a caminar, a "vitrinear", a comprar o simplemente .. a salir por salir.
Muchos padres con sus niños, muchas mamás apretando firmemente la mano de sus hijos para que no se suelten y se los lleve la marea de gente. Y en la misma fila, varios padres de familia queriendo ofrecerle a sus hijos alguna diversión distinta; un circo, una función de teatro infantil, y otras ofertas más que no dudan los padres en codiciar.

Derrepente veo que se empiezan a formar detrás de mi. Una chica con el celular de arete, la voz de ringtone japonés y un discusión telefónicamente privada pero que se tornaba pública. Voltié con sigilo hacia el señor penúltimo que se volvió (para su sorpresa también) ante-penúltimo, queriendo ver una reacción. Nada. Realmente no le correspondía, quiza si un gesto de sorpresa empática, pero no tener el deber de advertirle con la misma premura que a mí. Tendría que ser yo el cívico ahora. Consideré que tendría también que dejar que esta chica terminará de conversar y discutir su tan acalorado y altisonante asunto. Palabras fuertes y lisuras de por medio; me corroboraron que el estar en una fila un poco mas de tiempo extra era su menor preocupación.

Dejé pasar 5 minutos, seguía. Diez, seguía. Y le perdí la atención. Tanto así que ya había dos personas más en la fila. Tenía que decirlo ya sin importar que la interrumpiera.

"Disculpa, te dieron ticket?" 
"No... " - respondío desconcertada.
"Sólo atenderán a las personas a las que repartieron los tickets" - la responsabilidad a veces nos hace portadores de esquelas amargas; pero bueno .. sobrevivirá.

Justo la llamaron y volvió su tono altisonante, contándole ahora a su interlocutor que "haria un escándalo, y que los encargados del módulo de venta debían haber dicho algo al respecto". Ya eso se escapaba a mis deberes.

Las otras personas formadas, entendieron claramente el mensaje también, y fueron a averiguar si podían aun comprar entradas al estar en la fila. No regresaron.

Había cumplido mi misión. La que en realidad .. no terminó ahí .. Empezaron a venir más personas. Y a cada una de ellas tuve que advertirles. Inclusive cuando una pareja muy acaramelada entró besándose, tuve que volverme un anti-cupido.

Otro acontecimiento poco común me llamó la atención. Quien me habia dado el último ticket había venido con su familia. Su esposa y un par de niños; un niño y una niña. Los niños no eran problemáticos; y sus padres (sus modelos) muy apacibles y agradables. Y lo que me sacó otra sonrisa: la mamá empezó a cantar con sus hijos una canción a modo de juego "veo veo, qué cosa es..?" (y no lo hacía como el estribillo que lava la mente en las discotecas) sino que lo hacía a modo de "I spy with my little eye .. "; es decir, como un juego infantil de tradición gringa; que incita a los niños a fijarse en su entorno y adivinar que está mirando secretamente quien canta la estrofa. Alienaciones afuera; me parecio un momento de armonía tan preciado e importante; y seguramente clave al ser fijado en el inconciente infantil. Otra sonrisa.

Uno a veces encuentra cosas tan simples pero valiosas en el camino ..

Veia cuanta gente estrenaba seguramente su casaca roja y blanca, con letras bordadas de Perú, y sus banderitas en los carros. Como así los vehiculos asemejaban ahora ser diplomáticos de la marca Perú. Igual sonreía; porque si bien este "patriotismo" únicamente generado en algunos (no todos) por un juego (mejor jugado ahora) debe tener bases más amplias; este inicio un tanto lúdico, puede devenir en un comprender cada vez más que les significa ser peruanos a los que realmente defienden con fundamentos al pais. Un optimismo nacional. Probablemente un buen punto de partida para un 28, no pensar en más.

Los sucesos anecdóticos de ese día no terminan. Falta algo grande. De repente veo llegar a una señora de tez blanca, de contextura menuda; y con la cara un tanto demacrada, con los ojos vidriosos y con cuatro hijos colgándoles de los brazos (super-Mamá). En mi mente se formó la idea, por algunas características, que podía ser gitana. Sin embargo no escuche ninguna forma de hablar distinta y ni siquiera un acento diferente.

Tenía que cumplir la misión del último de la fila.

Al decírselo parecía que los ojos se le ponían más brillosos. Mejor era la estocada rápida a una espera un tanto más prolongada, pensé. Se retiró.

Grande fue mi sorpresa cuando la veo regresar con sus cuatro llaveros gigantes. El señor ex-penúltimo; le preguntó si le habían dicho que la atenderian; ella dijo que sí. Esperé que así fuera realmente.

Empezaron a formarse atrás de ella; ya eso salía de mi jurisdicción? Supongo que sí. Tampoco tuve tiempo de meditarlo. La Tetra-mamá había asumido la misión, ahora suya.

"Ya no lo van a atender, a mi me dieron ticket, pero él era el último" - dijo señalandome a mí. Y contó cómo es que sucedió su excepción. Yo volteado, escuchaba como si fuese un relato radial.
"Yo fui donde el señor del módulo, el guardia, y le conté, que he tenido un día muy díficil y que me costó muchísimo venir acá; y que encima es mi cumpleaños. Le mostré mi D.N.I. y felizmente aceptó" - todo dicho con una voz sonoramente tan fragil y cansada como su postura. Pensé; qué bueno. Las excepciones son para considerar casos como estos, para enseñar que son estas mismas excepciones, concesiones, y consideraciones las que se deben tener para darle algo de luz a las personas cuando no parecen poder encontrarla.

Buen karma. A la fila también no le quedaba más que acortarse. No debería ser esa la motivación de toda la gente que hace colas? Es una situación en la que es virtualmente imposible dejar de pasar adelante. Siempre se avanza. Qué bueno, verdad?

Sin embargo; luego de escuchar esta radio-novela de la señora de atrás, esta se convirtió en un crudo drama más visual cuando voltié. Se sumó la voz de alguien que parecia ser su esposo; o por lo menos el padre de sus hijos. Era difícil ignorar a tantas personas atrás mio. Realmente la fisionomía del señor (además de bajo y menudo, como ella) parecía confirmar la teoría de la paternidad. Volví mi mirada para adelante, e intempestivamente, escucho hablar a la señora. Pasando de su voz frágil a una voz de reclamo desesperado.

"Tienes tantos hijos, y quieres que .. no te vayas.. no te vayas! no los dejeeees!" - fueron gritos desgarrantes, que se fueron perdiendo mientras corria cargando a dos hijos. Tanto yo como el señor que me precedía volteamos a ver. La señora se fue desesperada y erráticamente detrás del padre de sus hijos. Se quedaron en la fila dos de los niños. Una escena muy desconcertante..

Parece que silenciosamente temíamos que los hubieran dejado a su suerte. Grande fue el alivio cuando la señora regresó. También fue grande el tiempo que los dejó; cerca de 10 minutos. Así como los niños ven a todos los adultos y personas altas como gigantes; así también seguro perciben maximizadamente los minutos de abandono sin explicaciones ..

Me gustó mucho pensar que algo similar se activó en mí, algo como lo que tuvo el señor que me ofreció el ticket que le sobraba. Cuando se fue gritando la señora, los dos miramos a los niños y nos era muy difícil no estar esperando vigilantes a la mamá ..

Ya la fila se había acortado; mi amiga me había dicho que la llamará al encontrarme a pocas personas del mostrador. Ella debía mostrar una tarjeta para que el descuento fuese efectivo.

Tenía adelante y atrás mio un gran contraste, pensaba. Una familia que parecía estar inculcando (conciente e inconcientemente) cosas muy bellas y constructivas a sus hijos. Y a mi espalda, una madre que tuvo un día, y quizá muchisimos más; que le quebraban el espiritú, sin importar ese instinto tan fuerte y protector que tienen ellas.

Para sonreir, y para desolarse. Para saber entender la vida. Quizá también para saber subrayar bien señales que nos hacen sonreir, tener esperanza; dentro de muchas otras señales que nos hacen no sentirla tanto.

Lo común, fue que en ambos casos, el punto de partida, lo que mi mente toma como crucial; es la etapa temprana; esa en la que somos esponjas de las vivencias, de las influencias, de los modelos. Y es probablemente la solución de más cosas de lo que creemos.

Y nota a parte; es también lo que con el tiempo; estoy perfilando como interés y objetivo de esta etapa de mi vida. Quizá pueda hacer algo ahí; en verdad lo espero.

Regresando a la fila de este dia. La linea de personas se fue acortándo más. Llamé por celular a mi amiga, y llegó. Veíamos posters de espectáculos para niños. Creo que lograban ser el 40% de los afiches, porcentaje seguro importante para los negocios. Ojala concientes, en algún sentido.

Apareció también un chico con algo de sobrepeso, que me pidió muy educadamente que por favor le comprará una entrada a un espectáculo infantil. Casi al mismo tiempo que le estaba respondiendo, apareció la que parecia ser su esposa o su compromiso; una chica que lo abrazó y me hizo suponer la situación. Le dije que me diera la plata al estar mas cerca del mostrador. No me incomodó la idea, pero lamentablemente no se apareció. Ojala haya podido comprarla para su hijo o hija ..

Quedamos ya muy cerca del mostrador, donde las chicas que vendían las entradas de los espectáculos. Le dí la plata a mi amiga; sacó su tarjeta y contemple el lugar donde nos habíamos formado en fila desde afuera ....

Habrá pasado más de una hora y media; casí el intervalo de una pelicula. Y me doy cuenta nuevamente, que hay veces que sobrevaloramos al ecran e infravaloramos cuanto se desarrolla al frente de los ojos sin un equipo de producción.

Y también, hoy como otros días, corroboro que no me desagrada ponerme a hacer fila.