jueves, 31 de enero de 2013

A propósito: Y llegó .. La entrada #100 de "La última llave".

Nunca me había puesto a ver cuánto tiempo había pasado en realidad; en marzo se cumplen ya cuatro años. IV aniversario ... jaja

Me siento .. contento (emoticon no feliz, pero satisfecho!). Hace ya cuatro años me inscribí en blogger y empecé a subir ideas, pequeños escritos que tenía guardados, re-edité algunos (como uno de Navidad de mi colegio que siempre recuerdo), complete otros (como uno que hice en el 2003 y lo acabé en el 2011), y creé muchos más. Cómo siempre he dicho; no sé que tan bien lo haga.. pero me gusta mucho hacerlo.

Así cómo me gusta el cine, me gusta escribir (y me falta muchísimo por leer), me gusta ver hasta donde me lleva la imaginación (por momentos sazonada a penas o con base sustancial de realidad). 

A quienes han leído más entradas de acá; y/o están leyendo recientemente: Gracias; es agradable sentir pasos cercanos a los de uno; y qué bueno que algo de lo que he escrito los haya acompañado en algún momento. No son una gran multitud, y tampoco ha sido mi meta que lo sea (quizá algún día); pero veo la sección de estadísticas y sé que tengo.. uno que otro lector, y también seguidores :)

Contaré algo: Una de las razones secretas por las que escribo es que quiero.. recordarme. Me imagino ya mayor, rodeado de personas que estimo, cuidándome y leyendo conmigo una que otra historia de acá. Intentando descifrar los momentos que fui pasando, e intentando comunicar algo positivo o negativo también, para no tropezar con lo mismo. 

No sé hasta cuando mantenga este hábito de escribir; muchas cosas cambian. Y si lo sé yo.. Mi vida ha tenido muchos matices (felizmente). Y qué bueno por eso. Espero pasar muchas más cosas, buenas y malas, seguir creciendo. Vienen nuevas oportunidades también, nuevos escenarios y espero pueda tener la lucidez y buena dirección en el texto para contar o crear nuevas ideas.

Algo más? ah si. Por qué llevan algunas entradas subtítulos que se repiten? Es así:

Antimanual social: opiniones personales que creo no serán muy compartidas por muchos.
A propósito: opiniones personales en general sobre algún tema en específico.
Mundo crónico: intentos de crónica, algunas pueden denominarse bonzo, según creo.
Sonriéte: netamente tonterías para reír.
Las llaves: es fácil de interpretar; cómo se llama el blog?
La mayoría de las cosas que he escrito son de ficción, algunas se disfrazan un poco de ficción también.

Por qué Jorge West? Me gusta mucho el personaje de Wally West (The Flash) de DC Comics; y me afané leyendo desde el número #01 por allá en 1985 aprox.

Y ahí está; eso es lo que hago acá. En esta habitación virtual. Este es mi mensaje para ustedes, y para ti; Jorge del futuro .. jaja.

Que vendrá? tengo dos historias realmente amplias desde hace mucho tiempo (2003) que pienso editar; no me parecen buenas para ser sincero.. pero podría convertirlas en historias más pequeñas si no me satisfacen. Y dos historias cortísimas como las que suelo hacer también están ya en borradores. Títulos sin desarrollar, a montones.

El tiempo me ha enseñado que el conseguir la última llave es algo que se consigue más de una vez; no hay una llave definitiva para develarte lo que es la vida, lo que es tu horizonte. Cada vez aparecen más. Más puertas, más cofres, más cajones. Con cosas buenas, malas, increíbles y jamás esperadas. De eso se trata. Usa la llave, descubre. Descúbrete.


Gracias.


La flor azul.

Había una vez; en un reino un tanto extraño; un rey sin reina. Él gobernaba cerca a uno de los más hermosos y envidiados bosques. La razón de que este bosque fuera tan codiciado no sólo era por sus paisajes sino por las flores que lo adornaban; todas crecían durante todo el año, y varias de ellas eran inclusive únicas. No existían en ninguna parte del orbe mas que en ese bosque.

El gobernante pudo optar por crear un jardín que pudieran disfrutar todos sus súbditos, o mandar a los sabios a que averiguaran el porqué su bosque era tan afortunado.. pero en lugar de eso; cada vez que se le antojaba mandaba cortar casi todas las flores y adornaba su castillo para celebrar cualquier festividad; que también; se le antojara.

Está de más decir que el panorama en estas fechas era fastuoso; sumado a los manjares,los invitados e invitadas, la vestimenta y en general, toda la elegancia y la opulencia que se ostentaba en estas fiestas. Definitivamente el rey quería vivir cómo si no hubiese un mañana. Todos los placeres incluidos. Eso si, nadie hablaba en voz alta sobre el porqué no había una reina a su lado. Algunos, nuevos en el reino, hipotetizaban que le había pasado algo.


Los cercanos al oráculo decían que algo extraño pasaría con el Rey algún día. Algo que lo cambiaría para siempre. Nadie los tomaba tan en serio, cualquiera podría decir que "algo" llegaría "algún" día. Pero nadie pudo entender lo que pasó cuando realmente sucedió lo profetizado.

Era uno de esos días previos a una fiesta, cuando el Rey, aburrido de su rutina, quiso ir el mismo a visitar ese bosque que producía tan hermosas flores. Así que ataviado con las ropas para esa labor y unas tijeras de jardinería muy grandes fue a recorrer sus tierras. Estaba alegre por realizar una tarea tan extraña para él; y pensaba en todos los placeres que iba a disfrutar dentro de unas pocas horas. Algunos dicen que se sentía muy contento por todas las banalidades que podía conseguir con el chasquido de sus dedos; pero quienes entienden un poco más la naturaleza humana; pueden deducir el porqué de tanta ostentación.

El Rey empezó a dar órdenes por aquí y por allá; "corta esas!"; "no, no tan pocas, córtalas todas mejor!"; era toda una masacre botánica. Momentos después, él se separó del grupo que lo acompañaba y empezó a caminar con las tijeras abiertas y listas para destrozar tallos.

Y sucedió.

La vió. No era una flor, no había florecido aún; era un capullo. Pertenecía a una planta que no había visto nunca el Rey. Se quedó mirándolo sin moverse; quedándose con las tijeras abiertas y boquiabierto. Al dejar caer las tijeras, se tiró también al suelo. El tiempo parecía haberse detenido; sólo contemplaba. No era tan sólo curiosidad en su mirada, era como.. respeto y preocupación.

No pasó mucho tiempo para que los guardias y sus acompañantes notaran su silencio y la ausencia de sus altisonantes órdenes. Lo miraban de lejos; no querían acercarse. Al ver la escena más de cerca, nadie podía entenderlo. "Eso calmó al Rey?"; "Se espinó la mano o algo por el estilo?" - había desconcierto.

"Ya cortaron suficientes?" - dijo después de varios minutos el Rey. Luego de ello, dicen que  ordenó a todos retirarse con las flores que habían cortado hasta ese momento; y ninguna otra más.

Algunos de los que asistieron a la fiesta de esa noche; dicen que el Rey se asomó unas pocas veces y parecía estar con la mirada perdida. Hacía intentos por comportarse como en otras ocasiones; pero se notó su acto. A la mañana siguiente anunciaron que el Rey había partido en una misión de encargos, algo relativo a su familia. Otros dijeron que no era posible porque no llevaba a toda la guardia real como era costumbre. Unos inclusive creen haberlo visto partir sólo.

Nunca se volvió a saber de él.

Paso un mes y arribó su hermano, de quien se pensaba gobernaba en otra provincia y era segundo en la línea del trono de aquí. Tomó el poder de inmediato. Su esposa, la nueva reina no tardó tampoco en llegar. Ya no hubo fiestas por doquier, y por gusto, a partir de este nuevo período; hubo más orden; eso si. Un mejor régimen.

Unos dicen haberlo visto, pero otros dicen que es sólo un rumor. Lo que es cierto; es que en aquel lugar, donde el antigüo Rey vio ese capullo, floreció una flor azul; y luego otra más, hasta que ocuparon gran parte del bosque. Al tener ya casi medio año el nuevo reinado, los jardineros reales tienen la orden cuidar esas flores azules; algunos dicen que ese decreto no partió de este Rey, sino que llegó en un escueto y discreto pergamino meses después de la extraña partida del monarca anterior.

Son flores muy hermosas, y nadie las puede arrancar. Las llaman Epifanías.