miércoles, 12 de diciembre de 2012

A propósito: Iglesia; con mayúscula y con minúscula.

Ya me faltaban pocos pasos para llegar a esa mesa tan dorada y tan grande.

Esto último es relativo; ya que con 10 años todas las mesas son grandes. Dando más marco a semejante evento; diré que ya había ido a varias de las clases de preparación para la primera comunión. La única diferencia con los otros niños, era que yo iba sólo con mi madre; mi padre falleció un par de meses antes de ese domingo de premier eucarística.

Veía a todos mis amigos ir al altar y regresar en esa media vuelta tan ensayada; "bien ordenaditos, así se ven mejor" - exigían las monjas; a parte del cabello ordenado; las chompas blancas (que no abrigaban nada) y los pantalones azules; "que también los pueden comprar en Dirección académica" - sugerían las acomedidas monjas.

Siempre veía con curiosidad las caras de aquellas personas que comulgaban. Qué sienten? Cambiaron? Por qué están más serios? Las hostias te quitan la alegría? - pensaba. Mi hipótesis científica en ese entonces era que las hostias te administraban algún químico/mágico que te dotaba de mayor solemnidad. No podía entender eso del cuerpo de Cristo. Por otro lado; lo que me encantaba entender cada vez más eran las ciencias naturales que apuntaba en mi cuaderno con forro de papel lustre color verde (el cual me parece también vendían las monjas; si es que no lo encontrabas en la librería. Siempre fueron tan consideradas.)

Estaba a tan sólo un compañero de recibir la hostia consagrada; y veía los rostros de mis amigos mientras regresaban a sus asientos. Miguel, el lacroso, ahora está con cara tan seria. Es "eso"? pero.. y Jaime que no podía dejar de reírse con nada.. está que se quiere reír ahorita? - no tuve tiempo de razonar más y ya me encontraba frente al señor de la sotana color rojo sangre. 

- Cuerpo de Cristo.
- Amén - y caminé, recordando la línea imaginaria que dijeron debíamos seguir para regresar a nuestro asiento. Mientras caminaba, esperaba.

Esperaba ese cambio, esa solemnidad inoculada en forma de oblea con vino. "Unos sentirán un cambio, otros no lo sentirán tanto; es algo simbólico. No se sientan mal sino sienten nada; están permitiendo a Dios entrar en sus vidas" - recuerdo ahora lo que decían las monjas, escarbando mi memoria. Tenía 10 años y ya tenía que conocer de imágenes, metáforas y símbolos.

Hago todo este recuento, a manera de recordar, de analizar; algunas ideas y momentos que me han llevado a mi actual postura ante la Iglesia.

Está demás que comente acá todos los argumentos negativos, o las principales y numerosas acusaciones (más todavía si se es un contreras o un extremista) que se le achacarán a la institución eclesiástica en estos días. Son humanos, y tienen muchos fallos (y si, algunos monstruosos); pero detrás de eso; los verdaderos.. no sólo católicos; sino conciliadores; saben que hay buenas intenciones de por medio dentro del rebaño. No todos pueden ser ovejas blancas; el mundo no sería mundo. Todas las religiones pueden tener escándalos. Es obvio que enaltecería mucho más reconocer los errores. Qué tan paciente habrá sido Galileo?

En ese entonces, cuando tenía 10 años, mi viejo falleció, y lo sentía.. lógico; estaba muy mal y era mayor. Claro que lloré cinco veces mi volumen en lágrimas, pero nunca se lo achaqué a Dios, porque en realidad no sentía que tuviera mucho que ver. Rodeado de un ambiente médico y con conjeturas científicas, no había mucho que cuestionar. Aunque no entendiera los términos en toda su amplitud (luego los entendí muy bien). Si quería verlo desde otra óptica; no veía arbitraria "su" decisión inclusive. Era justo.

Más memorias: Cuando regresaba de comulgar me quedé pensando si "debía" sentir algo. No era necesario me dijeron; era simbólico. No lo dije en ese momento, pero si quise. No sentí nada.

"Iglesia con minúscula cuando se trata del lugar, pero Iglesia con mayúscula cuando se trata de la institución sagrada" - hasta ahora hace eco esa aclaración eclesiástico-gramatical de mi clase de Religión cuando redacto.

Hoy, siendo mayor, cuando voy a una iglesia; y veo a los fieles; siento una mezcla compleja de nostalgia, algo de envidia y finalmente pena.

Nostalgia por esos momentos de la infancia en que uno "sentía" y era suficiente aunque no tenía las pruebas suficientes.. Etapas en que la vida era más emociones que sentimientos. Como bien sabemos, la vida te lleva ineludiblemente a los sentimientos; a una estructura más compleja que meras impresiones.. 
Fui creciendo y  el escepticismo fue también incrementándose en mi. Los fervientes me podrán decir "pero no necesitas pruebas, por eso mismo se conoce como fe..". 

Pues exactamente es eso lo que me causa un sentimiento que supongo debo traducir como envidia. Porque el camino sencillo les funciona. Porque tienen convicción de qué hay detrás de una puerta, dentro de una caja o lo que sucederá al morir; sin saberlo. Para quien lo quiere, vale suponer. En la vida terrenal, suponer tiene sus consecuencias; está de más decirlas.

Finalmente, y lo digo sin ánimo de sonar condescendiente; me da pena; porque en este saco están personas que estimo también. Pero lo diré directamente: varias de las personas (salvo una minoría de excepciones) que veo como fervientes creyentes; son también personas de mente cerrada que no quiere ninguna expansión a su criterio. Personas que no piensan "outside the box", que guardan prejuicios e intolerancias. Y otras de estas personas son básicamente.. de ideas ligeras; porque no quieren o, no pueden pensar más. Hay niveles de inteligencia, y pareciera estar relacionada. Desde luego; diferencias que no deben impedir que vivamos en armonía y en paz.

Nadie puede negar que las ovejas blancas dentro de la Iglesia han tenido dentro de sus resultados, logros importantes; como los llamados a la solidaridad, a la paz, a la integración y eso es con lo que me quedo de la Iglesia. Con aquellas personas con buenas intenciones; que extrañamente, pero con éxito, integran la razón  y la fe; avocados en la humanidad y también en algo más allá.

Mi madre y mi padre me criaron católico y se los agradezco, creo tener una brújula moral no tan descalibrada hacia el bien; hacia dar lo mejor para los demás y "dejar las cosas mejor de lo que uno las encuentra"; como bien dice un muy estimado amigo católico. A cualquier niño o a mi hijo le recomendaré seguir con muchas de esas directivas; pero una vez que su juicio crítico evolucione, todos tenemos la libertad de criterio; manteniendo directivas universales de armonía, claro está.

Siento y lamento, que la Iglesia esté en crisis; que haya crisis de fe, que iglesias estén vendiéndose y que hayan menos vocación sacerdotal .. Todo lo que no evoluciona se vuelve pasmado en el tiempo. "Los rituales son rituales y no pueden cambiar" - me dijeron; pero también se pueden incluir varias cosas más dentro de los formatos ya caducos que algunas sotanas quieren perpetuar.

Que repitan una oración 50 ó 70 veces me hace pensar con escalofríos que un ser inmensurable y todopoderoso responda con mayor atención a ese llamado tan primordial.

Una mejor Iglesia, creo, no sólo se trata de hacerle un reconocimiento papal a los Simpsons o que Benedicto tenga twitter. Tiene que haber una verdadera apertura a otras posturas, un verdadero diálogo, más que condenas, inquisición, cucufatería y repudio. Más sencillez, más de ese amor que predican para todos (los hijos de Dios),  bajarse más frecuentemente de esos nuevos papamóbiles, y caminar en el suelo con sandalias como lo hizo su mayor representante en la Tierra. Y no taparse los oidos y los ojos cuando hable la temida y pesada Ciencia. (la cual, es necio decirlo, dista bastante de la cienciología).

Creer en algo sin pruebas es algo difícil. Personalmente tampoco "creo" en la ciencia; sino que reconozco que los descubrimientos son producto de un método científico; de comprobación; como bien dice DeGrasse Tyson. Es sólo cuestión de aceptar. Uno acepta los hechos científicos; y estos mismos inclusive están sujetos a replanteamientos de paradigmas. Qué es más difícil entonces?

Y lo más importante: para llegar al conocimiento o la "verdad" es imperioso reconocer que no se conoce sobre algo, que hay un incierto, y verificarlo. La humanidad ha avanzado más cuando dice "no sé", y no tanto cuando "cree". 

Por ende; después de pocos años de mi primera comunión, y de varias objeciones a ir a misa: llegue a aceptar que era agnóstico. Y no ateo, porque sería soberbio, pero sobretodo inconsecuente. 

Valga el deslinde; mi optimismo es lo más cercano que tengo a creer, según.. creo. Es justamente esta actitud, la que me que me hace pensar que si uno se esfuerza es muy probable que alguna recompensa llegue; que si uno ayuda (y no sólo se queda con esforzarse para uno mismo sino que ayuda a los demás) empieza una cadena de actos beneficiosos.. que redundará en algo bueno para sí, o mejor aún, irá expandiéndose para otros.

Antes de salir de la iglesia (lo último que recuerdo): Estaba ya arrodillado, con las manos juntas y los ojos cerrados; estando casi seguro que no tenía que sentirme culpable de nada. Pero me daba tristeza; de otras personas que quizá esperaban algún efecto especial o una luz desde arriba que sólo ellos pudieran ver, pero al final.. no la verían. Ojala tengan esa mágica fe hasta que se les acabe la vida; de lo contrario podrían llegar a pensar que la vida es muy simple y que no vale tanto la pena; cuando en realidad si lo vale. Yo mantendré mis manos juntas y mis ojos cerrados; por si acaso. Solo un rato más y llego a casa para esa torta blanca y grandota. Estoy feliz.