jueves, 17 de diciembre de 2009

Llaves

Aún no termino de mudarme, falta muy poco. Ya duermo sin embargo en otro lado, mi cama ya no está en mi cuarto (el anterior). Cuando regreso a mi antigua habitación ya parece como si fuese la ofrecida por un hotel muy barato, o una casa de muy malos acabados por ser comprada. Irracionalmente, le tengo mucha gratitud a estos ladrillos. “Es una casa de carácter, dá mucha pena traerla abajo” – dijo quien la demolerá. Al fin de al cabo, debo verla como lo qué es; ladrillo, cemento, barras de fierro, tubos y cables. Ya que estas paredes; esta casa, ha sido lo que pudo ser para cualquiera que hubiera vivido aquí; una hoja en blanco; aquí se escribió mucho (así como hace unos días literalmente escribí en mi pared como siempre lo había querido hacer) y muchas vidas se intersectaron. Lo bueno es que pasan los días y tengo algo muy claro:

Los recuerdos me los llevo, y esas son las llaves que nunca perderé.

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