sábado, 20 de octubre de 2012

Estándar

José Antonio Pérez Ramírez vive en una calle sin número; pero ni esa particularidad parece hacerlo sentir algo especial. Él es como muchos; no ha salido ni por segundos en la televisión (ni en segundo plano ni de lejos); no ha sido nombrado en alguna publicación y mucho menos ha salido en la página de sociales. Tampoco se ha salvado milagrosamente de algún accidente de titular periodístico. Es hijo de padres trabajadores; eso si. Como muchos.
Con el tiempo, ha formado una familia propia; con esposa y dos hijos. Varones; de 10 y 12 años. Tiene estatura promedio y esta en el rango de edad más poblado; de 35 a 45 años de edad y si;  su cumpleaños es también el mes que registra más natalicios en el mundo. Su vida es tan reiterativa en este aspecto que inclusive le gusta la carne a término medio.
No obstante todo lo anterior; Juan ostenta un record mundial: es la persona más promedio del mundo. Esta encima de esa curva estadística que establece lo estándar en la demografía. Lo tragicómico de su caso es que nunca lo sabrá ni el mundo y mucho menos el mismo.
Tampoco es algo para celebrar; diría él. Lo que no diría (porque tampoco lo sabe), es que para mantener el record su mismo código genético también contribuyo. Dentro de su cadena de ADN esta albergada la causa más frecuente de muerte en el mundo. Juan tendrá cáncer.
 Ojala lo supiera; para así pasar sus  últimos años aprovechándolos al máximo (lo que alteraría su record). Pero nunca se enterará; el destino parece querer tenerlo de medida normal hasta sus últimos días.
"Lamentablemente; su cáncer le da una esperanza de vida de 5 años señor. Um, aproximadamente." - le dirá un doctor; equivocándose por 4 años. Cometiendo el; otra vez, uno de los errores más comunes.


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